04 de abril 2025, 17:52hs
Carmen Palomino
En cada rincón de Comodoro Rivadavia hay personas que, con pequeños gestos, hacen una gran diferencia. Alejandra Carrasco es una de ellas. Desde hace casi cinco años, se dedica al voluntariado independiente, gestionando donaciones y organizando campañas para ayudar a quienes más lo necesitan. “Trabajo gracias al aporte y la confianza de la gente de Comodoro”, dice con gratitud.
Su labor comenzó con nueve merenderos y comedores, brindando apoyo con campañas de abrigo, alimentos, juguetes, Navidad y útiles escolares. Hoy, su trabajo se ha multiplicado, alcanzando a más de 20 comedores, grupos voluntarios, centros de día, hospitales y roperos comunitarios. Además, acompaña a familias que sufren incendios e inundaciones y ha impulsado talleres educativos, como charlas de RCP en los merenderos.
“El voluntariado es mi vocación. Siempre tuve ganas de ayudar y se me dio la oportunidad de hacerlo. Arranqué en una fundación y luego comencé de manera independiente. A partir de un mensaje de alguien que tenía una necesidad puntual y justo otra persona me escribió para donarme exactamente eso. Lo tomé como la señal para seguir adelante”, relata.
En la actualidad, la principal necesidad sigue siendo el alimento, seguido de abrigo, leña y colchones. La crisis golpea fuerte, y muchas familias deben elegir entre pagar el alquiler o cubrir gastos básicos como luz y garrafa. Sin embargo, en medio de las dificultades, Alejandra destaca un aspecto que hace especial a su comunidad: “Comodoro Rivadavia es una ciudad absolutamente solidaria. Siempre responde a todos los pedidos de ayuda. Están dispuestos a dar una mano constantemente”.
Este 2025, lanza la campaña de invierno de mantas y frazadas, una propuesta abierta a toda la ciudad. “Siempre digo que todos podemos dar una mano. Solo hace falta las ganas. Y en este caso se puede hacer mucho”, afirma. La idea es simple: se pueden tejer mantas o cuadrados de 20x20 cm, o cortar pedazos de tela a partir de ropa en desuso. Materiales como corderoy, jean y jogging sirven para confeccionar frazadas, mientras que remeras, camisas y sábanas viejas también pueden aprovecharse.
“El que se anima a armar la manta para la cama de una plaza lo hace. Si no, esos cuadrados me los entregan y el grupo de costureras que se han unido los confeccionan”, explica. Además, ateliers, talleres de costureras y escuelas se han sumado a la iniciativa, creando un verdadero movimiento de solidaridad.
La meta es entregar dos mantas por familia a quienes acuden a comedores y merenderos. En las escuelas, los niños podrán personalizar las frazadas, generando un vínculo entre quienes ayudan y quienes reciben. “Así se hace el puente entre los niños y una familia de Comodoro”, señala Alejandra.
La invitación está abierta a todos. Reciclar, ayudar y participar puede marcar la diferencia en la vida de muchas personas. “Reciclamos. Ayudamos. Participamos. Todo un cierre hermoso”, concluye con esperanza.
¿Cómo ayudar?
Si querés sumarte a la campaña de invierno 2025, podés colaborar donando telas, tejiendo cuadrados o armando mantas. Cualquier aporte, por más pequeño que parezca, puede traer abrigo y alivio a quienes más lo necesitan.